27 de noviembre de 2011

Jovellanos en Mallorca



El día 28 de noviembre de 2011 se cumple el bicentenario de la muerte de Jovellanos. La presencia de este personaje en la isla, aunque corta en el tiempo, debe ser considerada como un importante episodio de nuestra historia mallorquina decimonónica .

Retratado por Francisco de Goya en 1798
Gaspar Melchor de Jovellanos y Ramírez nació en Gijón (1744), en el seno de una familia hidalga. Estudió en la Universidad de Alcalá de Henares, considerada en aquellos momentos como la más prestigiosa de España. En el momento de presentarse a la canonjía doctoral, en Galicia, persuadido por sus familiares y amigos, abandonó la carrera eclesiástica y se decantó por el Derecho. Los que conocieron personalmente a Jovellanos coinciden en afirmar que era un hombre encantador, de caballerosidad cristiana: aseado, sobrio en el comer y en el beber, atento en el trato, religioso -sin beaterías-, discreto en el vestir, amante de la verdad -por cruda que fuese- pero sobretodo era un hombre generoso. Con veintidós años tuvo su primer destino en Sevilla, dónde fue nombrado Alcalde del Crimen, allí vivió durante diez años (1768-1778). En aquellos momentos Sevilla era un importante centro de la ilustración española y Jovellanos se adaptó muy pronto a aquel ambiente. En 1778 fue destinado a Madrid y allí asistió a las tertulias de Campomanes, en donde "buscaban la mejora del pueblo desde las élites ilustradas". En estos momentos Jovellanos ya gozaba de prestigio intelectual. No en balde fue nombrado Ministro de la Real Junta de Comercio (1783) y director de la Sociedad Económica de Madrid, entre muchas otras cosas. 

 Las Cortes de Cádiz en el Teatro de las Cortes

 Pero muy pronto sus atrevidas iniciativas provocaron el recelo de la nobleza y de la Inquisición, instituciones que en aquellos momentos gozaban de importantes prerrogativas, y que ahora veían peligrar. Las intrigas, las calumnias y persecuciones contra su persona, dirigidas desde la sombra por el ministro Caballero desembocaron en su detención en Gijón (1801) para posteriormente ser embarcado para ir a Mallorca. Jovellanos llegó a la Isla el 18 de abril de 1801. Inmediatamente fue enviado preso por el gobernador militar a la Cartuja de Valldemossa. La torre medieval del convento, antigua dependencia del palacio del rey Sancho I, se convirtió en la cárcel de nuestro protagonista. Su estado de salud era pésimo con lo que el prior Miquel Pascual, saltándose a la torera las estrictas órdenes del gobernador militar, permitió que el preso pasease libremente por las dependencias cartujanas. Participó en la vida de la Cartuja como un monje más, renunciando a los privilegios que le concedían los religiosos. Pronto empezó a recibir visitas por las tardes y atendió una a una las solicitudes de los vecinos. Allí entabló amistad con representantes de la Ilustración Mallorquina como Tomás de Verí, el Conde de Ayamans, y el fraile capuchino Lluís de Vilafranca
 
La Cartuja de Valldemossa

 Realizó muchas obras de caridad y repartió limosna entre los más necesitados. Sin duda, el paisaje panteísta de Valldemossa le impresionó enormemente. Desde la Cartuja, el prisionero intentó hacer llegar una carta al Rey. Ello provocó, una vez enterado del asunto el marqués de Caballero, la orden de traslado de Jovellanos al Castillo de Bellver. De nada sirvieron las súplicas de los monjes arrodillados ante la autoridad para que no se llevasen al asturiano (mayo de 1802). Sin duda, Jovellanos dejó una profunda huella en Valldemossa, huella que todavía se palpitaba con claridad en la memoria de los "valldemossins" a finales del siglo XIX. Una vez en el castillo de Bellver su reclusión fue severa. Su situación, encerrado en una habitación prácticamente sin luz ni ventilación -aunque no en "s´olla" de la torre mayor como a veces se dicho- redundó en su estado de salud: cataratas, dolores reumáticos, problemas en la piel... Esta situación inhumana se alargó hasta 1803, momento en que, por prescripción médica, se le permitió el paseo y los baños en el mar. 

Grabado del patio interior del Castillo de Bellver
  
Hacia 1807, el prisionero tenía prácticamente total libertad "vigilada" de movimiento, aunque tenía prohibido penetrar los muros de la ciudad. En esta época que escribió sus trabajos sobre los monumentos de Palma -que observaba con un catalejo desde la terraza de Bellver- Esta relajación del cautiverio le permitió entablar relaciones sociales, amuebló sus estancias (todavía conservaba su sueldo de ministro) e incluso formó una nada desdeñable biblioteca. Jovellanos, gozó sobre todo de las visitas de personas de tendencias ilustradas: Tomás de Verí, Juan de Villalonga (de "Can Escalades"), José Barberí, fra Bru Muntaner, o algunos de los miembros más jóvenes del patriciado palmesano, que veían en las nuevas ideas de la Ilustración una herramienta para flexibilizar la rígida y estamental sociedad mallorquina. Con la caída de Godoy (mayo de 1808), Jovellanos fue liberado. Lo primero que hizo fue volver a Valldemossa para visitar a sus amigos los monjes cartujos. Luego visitó Sóller, Alfàbia, Raixa. Días después hizo entrada solemne en Ciutat y desfilando por sus calles recibió el cariño de todos los palmesanos. Abandonó Mallorca el 19 de mayo de 1808. Sin duda, Jovellanos ha sido de las pocas personas que han conseguido el apoyo de todos los mallorquines, sin fisuras, objetivo nada baladí. La sociedad isleña le quiso y le quiere, fue un hombre bueno, ejemplar, no en balde su efigie forma parte de la galería de varones ilustres del Reino de Mallorca.
 Años después, Jovellanos, enfermo de  pulmonía, moría en el pequeño pueblo de Puerto de Vega (Asturias) el 28 de noviembre de 1811.
  
 Firma autógrafa

Para redondear, un magnifico PDF "La luz de Jovellanos" de la exposición conmemorativa del bicentenario de la muerte de Gaspar Melchor de Jovellanos realizada en Gijon,  AQUÍ 
Una lamina cronológica de la vida del mismo con los hechos más relevantes en el resto del mundo, en PDF, AQUÍ
Y una biografía completa del ilustrado, de la Fundación Foro Jovellanos en PDF, AQUÍ

Bibliografía:
Gran Enciclopedia de Mallorca
Bartomeu Bestard (Cronista Oficial de Palma)

20 de noviembre de 2011

Crónicas de El Terreno Nº2

Una nueva entrega de los recuerdos de Tomeu Bibiloni, que con su memoria prodigiosa, disécciona cual cirujano los elementos de la fotografía expuesta.

Clickar encima de la fotografía para ampliar
SA PLAÇETA

"Podría ser una mañana de domingo de un mes de octubre.  En las terrazas del "Mónaco" y del "Oasis"  se ve gente joven con traje y corbata que toma un aperitivo, aún en otoño, Sa Plaçeta era lugar de cita preferente.

A la derecha un chaval con pantalón corto, americana y zapatos con calcetines, traje de domingo, se dispone a cruzar la calle o espera la llegada del tranvía.

Una niña esta junto al portal de Tito's, podría ser Joana Cantallops, la hija pequeña de la familia propietaria del local.

El muchacho de la bicicleta que también viste americana, podría ser yo mismo y si no lo soy me parezco bastante, tanto por la bicicleta como por las trazas.

Junto a la entrada del chalet vemos un señor calvo también con traje que parece dirigirse al Restaurante "El Patio" que está justo a unos pasos después de la casa con dos persianas y una "portassa".

El camarero del Bar Joe’s espera la llegada de los clientes que tomarán  un coctel “Dry Martini” o  un  “Zinzano Oscuro”, en vaso grueso, con hielo y  limón , acompañado de  aceitunas y patatillas artesanas de la  cocina del Bellver.

A la izquierda y tapada casi por completo por el pino asoma “Sa Manxeta”, bendita fuente pública que sustituyo a una antigua que era de las que tenías que “bombar” dándole vueltas a una manivela.
En esta que  conocí solo tenías que apretar un botón o inclinar una palanquita para aplacar la sed de las noches veraniegas. Sa Manxeta era lugar de reunión de los chavales. En Miquelet "Es Carboneret" que fue bombero, acababa las reuniones abriendo el grifo, y, tapando con un dedo, provocaba un “aspersor” que mojaba al personal. Se ve que ya tenía vocación  de apaga fuegos.

Tito's era una casa de veraneo transformada en “Sala de Fiestas”.  La terraza donde se apoya el letrero “Titos” era la de la vivienda de los propietarios. Por la puerta de dos hojas se accedía a un pequeño jardín. Subiendo unos peldaños entrabas en la Sala de Invierno.

En la fachada las vitrinas de obra que anunciaban las "atracciones" del momento. Curiosamente también se ve el disco de metal de Coca Cola, en aquellos días se tenía como un distintivo de calidad, merecedor de una situación de privilegio, nada menos que la fachada principal, junto a la puerta!!!

A continuación “Es Carrero d’es Banyos”. Después de la entrada con voladizo que es la de la casa del Dr. Manera hay un bar que se llamaba “La Tasca”, era de dimensiones reducidas ya que se hizo ocupando parte del jardín de la casa. A nosotros el nombre “La Tasca” nos sonaba extraño porque no lo relacionabamos con un establecimiento tipo bar.
Lo llevaba un matrimonio con una hija que si me lee me gustaría contactar.

A continuación la calle Nube, al final de la cual había una entrada con puertas de madera pintadas de blanco y dos ventanas con forma de ojo de buey de barco que daban paso a la terraza del Hotel Mediterraneo.

Aquí fue donde el Sr. Tarrragó, empresario catalán, propietario del hotel, inauguró con gran bombo y platillo un Restaurante llamada “Can Ferrat”, ya os podéis imaginar que no teníamos ni la mas remota idea de lo que siginificaban las dos palabras “Can” y “Ferrat”, la explicación venía después, con letras de neón azules “Pollos al Ast”. Lo del pollo estaba claro pero lo del “Ast” ni idea. Como viereis el pollo era un manjar de lujo solo al alcance de unos pocos. ¡Quien nos lo iba a decir!

La casa con dos persianas, cochera, terraza y torre pertenecía a una sra. mayor, viuda de un naviero o marino mercante que junto con su criada pasaba los veranos en Sa Plaçeta. La sra. ya muy mayor se sentaba junto a los ventanales abiertos mirando la gente pasar y la criada que también era mayor  se entretenía conversando con los conocidos que paraban a saludarlas.
Yo me asomaba y veía una gran sala con grandes cuadros de barcos, veleros y objetos varios, todos muy antiguos. La cochera nunca la vi abierta.
Por detrás de la torre asoma la parte trasera del Hotel Mediterráneo.

La publicidad era escasa.  A la derecha y en el poste, un cartel de madera pintado a mano anunciaba "Artesanías Borneo" situada en la calle Conquistador, uno de los primeros negocios de souvenirs de Mallorca. Debajo, el anuncio del Hotel Mediterraneo, visto desde el mar con sus barquitas de vela.
Al fondo , el anuncio de la inmobiliaria Alzina, el boom estaba por llegar, pero ya se adivinaba.

El gran cartel apoyado en la farola nos dice que el verano se ha acabado, que ya no hay toros, solo quedan los restos empapelados de las numerosas corridas de toros que cada domingo el empresario Balaña ofrecía a los aficionados y turistas en el Coliseo Balear.

Espero que estos detalles os hayan ayudado a recordar aquellos años cincuenta del siglo pasado en Sa Plaçeta de Es Terreno".

Tomeu Bibiloni

 Como pueden comprobar, la plaza ya no es, ni la sombra de lo que una vez fue.



15 de noviembre de 2011

Aniversario con premio

Tengo que reconocer que se me pasó el día. Semanas antes iba rondando por mi cabeza que llegaba el primer aniversario del blog, que tenía que hacer algo especial, pero llegado el momento ni me acorde. Fue gracias a otro aniversario, el  2º de  Artetorreherberos del amigo bloguero Paco Hidalgo (que seguro ya conocen, y sino, ya están tardando en visitar su bitácora)  en su entrada conmemorativa, en la que caí en que se me había pasado el arroz. Y no de unas horas, sino de unas cuantas semanas.


 Aquel uno de noviembre publicaba ésta primera entrada que ven ahí arriba, una foto vieja de las antiguas murallas de Palma. En realidad cuando empecé con esto, mi idea -si es que alguna vez la tuve- era hacer lo que ven en la imagen; poner fotos antiguas de Palma y de Mallorca con un pie de foto explicativo, y nada más. Pero poco a poco, la cosa fue evolucionando y me fuí complicando el entretenimiento original. Las fotos antiguas las iba acompañando de fotos actuales que tomaba yo mismo en excursiones de intrépido reportero, y los pies de fotos se convertían en artículos completos. Me sumergía en la historia de Mallorca. No sabía en que lío me estaba metiendo, pero no me arrepiento. 

Gracias a este blog, les he conocido a todos ustedes, compañeros blogueros, comentaristas habituales, y lectores anónimos. He tenido intercambio epístolar con gente de otros lugares buscando información  o contándome historias de sus familias que emigraron de Mallorca para buscarse un futuro mejor en otros países de Sudamérica, ya que parece que las fotos antiguas crean un vinculo con sus ancestros. Incluso familiares descendientes de algunos personajes tratados en este blog, tuvieron el detalle de hacerme saber que habían leído el articulo y que les había complacido. Entenderán que mi satisfacción es inmensa.
También, y como a muchos les ha pasado, ha habido momentos en que uno querría dejarlo. La falta de tiempo, la obligatoriedad de publicar, las obligaciones cotidianas desatendidas, etc, etc...Pero estas cosas que me han ocurrido y este afecto latente al otro lado de la pantalla que puedo sentir, creo que me darán fuerzas para seguir un año más -y los que puedan venir- en este lugar, que también es el de todos ustedes. Gracias por leerme.


Y para terminar, y al hilo del titulo, mi paisana Ana, del blog ¡¡NO LO SE!!...¿O SI?... ha tenido a bien gratificarme con el premio "Sunshine Award" y que yo le agradezco de verdad.
La normas del premio son contar siete afirmaciones sobre uno mismo, y luego otorgar  a otros diez blogs el mismo premio para que sigan la cadena.

Mis siete afirmaciones son estas...
1.- Siempre se puede estar peor. No te quejes.
2.- Nada es para siempre, ni Zapatero, aunque a mi ya me lo pareciera.
3.- El dinero, a mí si que me compra la felicidad.
4.- Puedo soportar el dolor, siempre que sea ajeno.
5.- La estupidez es contagiosa, por eso a veces parezco distante.
6.- Tengo clarísimo que a veces me confundo.
7.- Y ante la duda, elijo siempre a la más tetuda inteligente.

Mis diez premiados, por orden alfabético:

Como pueden suponer, ha sido muy difícil. Han quedado fuera muy buenos blogs. Podía haber elegido 20 o 30 más, por lo tanto, apelo a que continúen la cadena y prémien a otros blogs que yo no haya elegido aunque se lo merecieran tanto como ustedes. Todos sabemos de alguno, ¿verdad?


Y esto es todo por hoy. De regalo, unas imagenes de Mallorca. Les recomiendo activen la HD del reproductor de You Tube y veanlo a pantalla  completa.



13 de noviembre de 2011

Historias, Mitos y Leyendas: La Calle de la Cadena

La pequeña calle de la Cadena a la izquierda de la imagen

(*) Entre la plaza de Cort (en la que esta sito el Ayuntamiento)  y la plaza de Santa Eulàlia, hay una calle, muy corta, que incluso hoy en día se la conoce como de la Cadena. Este nombre responde a una curiosa tradición medieval: cuando los "jurados" de la Universidad celebraban reunión de Consell, la plaza se cerraba con cadenas para evitar ruidos e interferencias externas. La solemnidad de las reuniones así lo aconsejaban. En este sentido, otra muestra de la formalidad de las reuniones, era que al inicio de las sesiones se rezaba la oración del Espíritu Santo, con los jurados rodilla en tierra que imploraban la inspiración de la tercera persona de la Santísima Trinidad, con tal de tomar las decisiones más acertadas en beneficio de la comunidad.

Ya dentro de la edad moderna, la tradición de poner cadenas desapareció; pero, su presencia se mantuvo durante décadas. Las cadenas de Cort al menos existieron hasta el final del siglo XVIII, aunque su origen y función estaban casí olvidadas. Así, en 1793, los regidores del Ayuntamiento hablaban de... "el estorvo y embargo que causan las barreras de yerro, vulgarmente llamadas las cadenas de Cort, en el transido de las gentes y en particular por las noches, por lo que seria del caso quitarse aquellas. Se acordó se busque el origen de la expresada Cadena de Cort."

A pesar de la información anterior, en el siglo XIX la paza de Cort se volvía a cerrar cuando había reunión de la corporación municipal, no con cadenas sino con barras de hierro, y se ponían multas a aquellos que no respetaban las mismas como nos dice un documento de 1840: "Habiéndose observado que algunos conductores de carruajes, para pasar por la plaza de Cort, en los días en que el Muy Ilustre Ayuntamiento celebra sesión pública, escitan algunos muchachos a retirar los tornillos que se colocan en las bocacalles que dan a dicha plaza, para impedir el ruido que causan, han venido los señores alcaldes en imponer multas de veinte sueldos al conductor de todo carruaje que, colocados los tornillos, pase por dicha plaza y para que nadie pueda alegar ignorancia , mando se publique y fije el presente en los sitos públicos y en los periódicos de esta capital. Palma, 4 de julio de 1840."

(*) Histórico

6 de noviembre de 2011

Fréderic Chopin y George Sand: Su estancia en Valldemossa


Fréderic Chopin                                                                     George Sand (Aurore Dupin)
  
La reunión en el Hotel de France en París
Chopin y Sand se conocieron a finales de 1836 en París, ciudad en la que residían los dos. Ambos habían sido invitados por Franz Liszt y la Condesa d´Agoult a una reunión de amigos en el Hôtel de France. En ese primer encuentro no se cayeron bien. Durante la fiesta, Sand murmuró a una amiga: "Ese señor Chopin ¿es una niña?", mientras que el músico polaco comentó a la salida del hotel: "Esta señora Sand ¿es una mujer?... Estoy por dudarlo". Al cabo de medio año se volvieron a encontrar en otra reunión de amigos, esta vez en casa del propio Chopin. En tal ocasión Sand quedó prendada del polaco al verle tocar junto a Liszt. Al poco tiempo iniciaron una relación que duró ocho años.
 
Maurice Sand
Durante el año 1838, Maurice Sand, hijo de la escritora, había tenido ataques reumáticos. Un matrimonio amigo de la familia, los señores Marliani -él, un político y escritor francés y ella, una española-  conocían la isla de Mallorca y su clima saludable. Ellos dieron la idea a George Sand de que el suave clima de la isla y sus bellos parajes proporcionarían un agradable invierno a Maurice. Sus también amigos el ministro español Mendizábal y el músico Francisco Frontera, natural de Valldemossa y residente en París, elogiaron asimismo la isla y animaron a la pareja a visitarla. En aquella época, Chopin ya tenía síntomas de su enfermedad, la tuberculosis, aunque todavía no se la habían diagnosticado. Comentó a su médico, el señor Gaubert, la posibilidad de pasar el invierno en Mallorca, idea que gustó mucho al doctor. De esta manera, Frédéric Chopin, George Sand y los dos hijos de Sand, Maurice y Solange, decidieron pasar el invierno en la isla. Tras aguardar unos días en Barcelona, zarparon hacia Mallorca y el día 8 de noviembre de 1838, arribaron al puerto de Palma a bordo de el vapor El Mallorquín, conocido como "es Pagés" por representar su mascarón de proa "un payés vestit a l´ampla".

Grabado con panorámica de la torre de señales y el Mallorquín entrando en la bahía de Palma
Son Vent, dibujado por Maurice
 Los dos primeros días se alojaron en un vetusto hostal que daba a la calle del Mar, luego huyeron del estruendo de los martillazos que producían los boteros a pie de calle. Les acogió unos días el cónsul francés, Pierre-Hippolyte Fluir, en su propia casa de Palma, hasta que consiguieron alquilar Son Vent, una finca a las afueras de la ciudad, en el incipiente barrio de Establiments. Allí les tocó vivir unas tres semanas de días soleados, agradables, de paseos campestres por los alrededores de la comarca. Parecía que habían acertado con su decisión de venir a Mallorca. Todo se empezó a torcer cuando apareció el mal tiempo, a principios de diciembre. La lluvia, los fuertes vientos y el frío húmedo empezaron a intensificarse. Todo ello hizo redoblar la insistente tos de Chopin, que no tardó en caer enfermo. Le visitaron tres médicos: el doctor Pere Josep Arabí, el doctor Miquel Oleo y el doctor Fiol. Enseguida, estos medicos mallorquines, le diagnosticaron tuberculosis. La noticia corrió como la pólvora, llegando a oídos del propietario de Son Vent, el cual pidió a sus inquilinos que abandonasen la finca para, una vez deshabitada, proceder a su desinfección blanqueando las paredes con cal.

El camino a la Cartuja de Valldemossa. Grabado de Gustav Sagur (Siglo XIX)
 Ante esta situación, Chopin, Sand y sus dos hijos tuvieron que volver a abusar de la hospitalidad del cónsul francés. Allí pasaron varios días. Fue entonces cuando decidieron organizar una excursión a Valldemossa. Allí descubrieron el bello Monasterio de la Cartuja. Los monjes cartujos lo habían abandonado por la fuerza tres años antes. Cuando Chopin y George Sand entraron en el cenobio lo pudieron contemplar tal cual los monjes lo habían dejado, incluso los cirios de la iglesia estaban a medio consumir. Valldemossa les gustó. Tanto es así, que ese mismo día acordaron alquilar algunas dependencias de la Cartuja. El 15 de diciembre se instalaron.

La celda de Chopin en la Cartuja de Valldemossa
  El tiempo no mejoró y al estar en Valldemossa notaron con más crudeza el invierno que, además, ese año no dio tregua. Chopin, frágil y cada vez más enfermo, prácticamente no salió de los muros cartujanos. Allí permanecerían hasta el 12 de febrero, momento en que volverían a Palma para, al día siguiente, regresar a Barcelona de nuevo en es Pagès. La situación de George Sand fue bastante complicada: tuvo que hacer de enfermera, secretaria, gobernanta, madre... Si a esta situación se le añade su carácter difícil y sus costumbres forjadas en los ambientes burgueses parisinos (vestir con pantalones, fumar en público, pasear sola por la noche, convivir con un hombre que no era su marido...), que chocaban frontalmente con las costumbres de Mallorca, ello puede explicar, en parte, la tremenda diatriba contra los habitantes de la isla que dejó plasmado en su libro "Un Hiver à Majorque". Diatriba que consiguió sacar de sus casillas, haciéndole perder los papeles, a un jovencísimo José María Quadrado, quien dejó para la posteridad el famoso artículo... A Jorge Sand: "Vindicación", publicado en el semanario La Palma (1841): "Jorge Sand es la mas immoral de los escritores y Madame Dudevant [es decir, la misma George Sand] la mas inmunda de las mugeres".

Vista general de la Cartuja de Valldemossa en una postal de 1920
  Todo esto ya es historia y al releer todos estos comentarios únicamente nos provoca una leve sonrisa. No sería justo resaltar exclusivamente estos aspectos, pues la estancia de Chopin y Sand significó muchas más cosas. A la escritora, vivir en la Cartuja le supuso poder inspirarse y escribir su novela Spiridión, mientras que Chopin, desde su celda, resguardado de la intensa lluvia, frágil, casi sin fuerzas, compuso la mayoría de sus Preludios, la Polonesa en Do menor, op. de 40, o la Mazurca en Mi menor, op. 41 nº 2, entre otras composiciones. Por todo esto, Frédéric Chopin y George Sand quedarán siempre ligados a Valldemossa, al estrépito de su lluvia golpeando sus tejados, a sus empedradas calles tapizadas con hojas de plataneros, a la austeridad vestida de cal… ¡Escuchen! ¿no lo oyen?...es el Preludio en Mi menor, op. 28 número 4.

Denle al play...¿Que esperan?

La Cartuja de Valldemossa en la actualidad. La foto esta tomada de internet.


Y de regalo, un Parado de Valldemossa



Bibliografía:
Bartomeu Bestard (Cronista Oficial de Palma)

Fotos antiguas de Palma (Bar Mavi, 65 aniversario)

Este video lo realicé en el año 2020 y es inédito en la Red. Fue un regalo de FAM a los antiguos propietarios (lo traspasaron, ahora hay otr...